Poesía de Vladimir Baiza "Marco Polo toma el Yangtsé en un cuenco de arroz" / Leyenda "LEYENDA DE PELE Y KAMAPUA'A"
"Para que nuestros ríos lleguen sanos al mar"
Poesía, Ríos y Leyendas
Vladimir Baiza
Nació en Sensuntepeque, Cabañas, El Salvador, el 24 de febrero de 1970. Perteneció al Círculo literario Xibalbá en la Universidad de El Salvador, al grupo prolezamiano autodenominado La Mara Salarrué(junto a Luis Alvarenga, Ernesto Flores y Manuel Barrera). Actualmente es miembro de Fundación Metáfora y del Comité Organizador del Tercer Encuentro Internacional de Poetas. Ha participado en recitales y diversas actividades culturales coordinadas por diferentes entidades salvadoreñas.
Actualmente funge como Subcoordinador alterno del Suplemento Cultural Tres Mil del Diario Co Latino, específicamente en la sección Aula Abierta, concebida como un apoyo a los programas de enseñanza de Lenguaje y Literatura de Educación Media del MINED. Ha sido parte del Equipo Organizador del I y II Encuentro Internacional de Poetas El Turno del Ofendido(2004 y 2005).
Aún no posee publicados sus libros, encontrándose inéditos: Náufrago en la bruma y La Hojarasca raída (2º lugar Juegos Florales de San Salvador), El Libro de la Sed y Los Comics (poesía); Bestiario (Narrativa); aunque sus trabajos han aparecido en diversas revistas centroamericanas (ArteFacto, Realidad), Suplementos Culturales y Periódicos de El Salvador y Nicaragua (Tres Mil, La Prensa Literaria) y en boletines culturales: Hoja, Catleya; desde 1993 a la fecha.
Poesía
Marco Polo toma el Yangtsé en un cuenco de arroz
Mi boca es el Yangtsé
y el limo se lían algas y las
sandalias del mandarín
del templo del Abeto
El sampán boga hacia las Bocas del Dragón
mientras garzas pliegan sus alas al recodo
¿Quién viene a darme soledad y amargos riscos
y se lleva el fango amarillo hasta el salobre mar
de peces voladores eclosionando entre galeones portugueses?
En Venecia un asesino escupirá de mis memorias
y nadie rabeles dará a la felicidad lejos de las barcazas.
Yo soy el Yangtsé
y muevo la placidez desde los bosques
en la Umbría del Este, Cielo en el Estanque
de Cipango y las Especierías.
Alegre esta mi corazón de sangre y viento
Alegre la mirada oblicua de mis dioses
La Leyenda
LEYENDA DE PELE Y KAMAPUA'A
El fuego y el agua deben de regir por siempre juntos
(Quizá pensamos que es mas fácil de recordar solo el poder del fuego, olvidando lo que provoca cuando lo tocamos que provoca dolor y una punzada aguda al tocar tu piel. Muchos honran a la diosa del Volcan, Pele, como si fuera el único poder reinante)
La vida procede de las cascadas de los bosques abundantes de Hamakua y de Kohala en el Norponiente de la Isla Grande de Hawai’i. La vida llega de las zonas verdes y fértiles de estos territorios del norte. Sin Agua, Pele no sería tan poderosa.
En las regiones altas de las montañas de estos lugares el reino de Kamapua’a impera, y alguna vez fue amante de Pele. Hoy en día se le asocia a un jabalí salvaje, pero no fue nacido con esa imagen repulsiva. Quizá tenía esa apariencia de estar siempre furioso y amargado pero eso es solo parte de una apariencia. En verdad que Pele no siempre fue la que reinó en la Isla Grande y Kamapua’a no siempre fue esa imagen de rudo y desalmado.
Pero ¿que fué lo que sucedió?
Muchos años antes de que Pele y su familia postrara un pie en la isla Grande de Hawai’i, Kamapua’a había nacido de Hina en las altas y frescas montañas de Ko’olau en la isla de Oahu.
El esposo de Hina (Olopana), era un jefe de gran influencia y ya era un hombre de edad Madura mientras que Hina era una mujer en la joven en la flor de la edad. Como era costumbre en las sociedades nacientes de Hawai’i Hina compartía el lecho no solo con su marido sino que también lo solía dar al hermano menor de su esposo el joven Kahiki-ula. Ella invitaba a su joven cuñado a recolectar bayas y frutos dulces en los bosques de los alrededores. El con gusto acompañaba a la joven en estas excursiones por los refrescantes bosques de las zonas altas de las montañas.
Hablaban libremente sobre la procedencia de las flores, helechos y hierbas así como de todos los ritos para recolectarlas. Olopana, conciente de su avanzada edad resentía esta amistad pero no interfería en ella. Solo Hina y Kahiki-ula sabían que llevaban esta vida de amantes en secreto.
Cuando ella quedo embarazada y dio a luz el primogénito del rey, este se negó a reconocer a este niño varón como su hijo legitimo.
Deja de Kahiki-ula lo reconozca como suyo decía con amargura a su extrañada mujer. Pero ella se empeño en que Olopana lo reconociera como propio…”Llamémoslo entonces Kamapua’a” dijo el jefe. (cria de jabalí) dijo con voz entrecortada por el rencor y la ira en busca de venganza.
El niño creció dotado de varonilidad y atractivo, fuerte e inteligente, creció de una estatura alta y con un temperamento de pronto explosivo y que podía ser provocado fácilmente y fue dotado de refulgentes ojos negros.
El en verdad sin serlo aún tenía ya las cualidades de un semidios, dotado de la belleza de su madre Hina (recordemos que Hina es guardiana de los vientos y además de ser diosa de la luna), uno de los atributos de semidios era el poder duplicar su propio ser y aparentemente estar en más de un sitio a la vez.
El parecido a su padre biologico sólo provoco que Olopana tuviera más resentimiento y este rencor lo percibió el joven Kamapua’a que se sintió herido por el rechazo de su padre en teoría que era el jefe Olopana. El joven naciente como guerrero quería ser amado y se aproximaba a él pero en su lugar su “Padre” lo alejaba haciendo bromas crueles y con sorna.
Este tipo de actitudes provoco que Kamapua’a comenzara a albergar sentimientos de ira y rancor en su alma. Cuando tuvo la edad de valerse por si mismo (que era una edad de los 16 a los 18) abandonó su hogar con el sentimiento de querer cobrar venganza por esta afrenta de rechazo de su padre.
Kamapua'a encontró pronto refugio en la zona de las lomas cercanas a su primer hogar y gracias a su charisma encontro un grupo de jovenes guerreros que simpatizaron con el y apoyaban sus ideas.
Juntos comenzaron a efectuar actos de bandidaje y piratería, saqueando las villas y los territorios comandados por su supuesto Padre Olopana. Sintiendose todo poderoso al ver que no había fuerza que se le opusiera o le venciera se intoxico con jugo de la raíz de la Kawa (que obraba efectos alucinógenos) pidió a un maestro tatuador que le tatuara la parte alta del cuerpo y el rostro con símbolos amenazantes. Se rapo el cabello y se dejo una pequeña barba en su mentón. Elaboro con cuidado una capa con la piel de un gran Jabalí para cubrir sus hombros y espalda. Ahora si parecía un jabalí? Bueno, esperaba que así fuera! Para muchos que le veían pensaban que si lo era! Tal como un jabalí se movía por las zonas altas de las montañas y siempre andaba por las orillas de los ríos.
Después de varios meses Kamapua’a fue capturado, con la ayuda de los que eran sus aliados lo liberaron y ya libre fue y cobró venganza asesinando a Olopana.
Kamapua’a viajo hacia Maui, ya no era joven ni inocente, pero el niño en el continuaba buscando el amor de un padre. Así fue como encontró a Kahiki-ula que ya estaba casado formalmente con Hina.
Sin embargo cuando se acerco a el Kahiki-ula también lo desconoció… “Yo no tengo hijos, no te conozco ni te puedo reconocer”.
Si en el fondo hubiera existido algún resquicio de esperanza, compasión o amor estos fueron derrotados por ese evento convirtiéndose totalmente en acritud y amargura. Ahora se torno en un guerrero desalmado que mataba sin compasión, se volvió en ese Jabalí salvaje y por ese carisma que tenía conquistó a cuanta mujer deseo para sí.
Un día en su navegar su bote llegó a los verdes valles que existen entre Waipio y Pololu en la Isla Grande de Hawaii. Kamapua’a viajo hacia las regiones del Sur de la isla llegando a las inmediaciones del Kilauea. Había escuchado las leyendas de que recién en un tiempo no muy lejano había llegado hasta esta región una hermosa joven, alta, pelirroja y de gran temperamento… el había escuchado que había llegado con su hermana menor Hi’iaka y dos hermanos mas, Moho y Kamakua.
Las historias sobre la belleza de Pele eran muy bien fundadas así como lo que se contaba sobre su explosivo carácter, pero también sobre su forma pasional de ser… esto le atrajo más a Kamapua’a que busco la forma de conocerle y aproximarse a ella. Esto se sucedió un buen día y tal como era de imaginarse se encontraron tal para cual por su personalidad y formas de ser, por lo que ambos se enamoraron a primera vista
.
Sin embargo Pele se tuvo que dar su importancia y por principio le hizo saber que le era repulsivo, esos tatuajes en su torso, su rostro, su cabeza rapada y esa barba incipiente…Pero el estaba muy ansioso de sentirse querido y amado así que aguantaba sus desaires porque en el fondo sabía que le atraía. “Casate conmigo, se mi mujer” el le rogaba…”sabes que te amare de aquí a la eternidad y por siempre”…
Pele le gustaba jugar con su atractivo, le hacia sentir que la tenía ganada pero cuando menos lo esperaba Kamapua’a se veía rechazado por ella. “Eres un cerdo, hijo de un cerdo también!” espetaba…
Aunque la necesidad de sentirse amado era grande, cuando Pele tenía esos arranques le sacaban de quicio y respondía con gran desaires hacia ella también y era cuando Kamapua’a invocaba sus poderes como hijo de la luna para llamar a la lluvia y al trueno, el temblor de tierra para contrarrestar el dolor que Pele le infundía y así con sus armas tratar de apagar su fuego. De esa manera esperaba que le pidiera perdón y rogara por su amor en lugar de su rencor.
Pero en el ir y venir de sus juegos de amor, odio Pele le decía, “si me ahogas no me podras tener como mujer, porque me matarías!”, Y reía en voz alta para incitarlo a más!
“AAhh si me quemas con tu fuego, tu propia ira arrasaría conmigo y no tendrás que comer después y no tendrás este hombre para ti jamás!” respondía el semidios Jabalí.
Así que entre unos encuentros de ira y odio llegaban nuevamente al amor entendiendo que para estar juntos tenían que equilibrar sus fuerzas, cada vez que Kamapua’a estaba entre los brazos de Pele volvía a ser ese hombre atractivo, fuerte, con gran carisma, y Pele se convertía en una mujer de pasión y no de ira…Ambos pasaban a formar parte de uno solo en un mismo aliento. Pero por sus temperamentos de sentirse vulnerables uno al otro terminaban nuevamente en un pique para demostrar quien podía mas que el otro y la batalla se libraba de la nada surgiendo fuego y llamas, tormentas truenos y lluvias!
En un ir y venir Kamohoali’i hermano mayor de Pele les aconsejo que dividieran los territorios de cada quien para que no hubiera esa ambición de dominación de uno por el otro.. “para que cada quien conserve su poder deben de estar alejados por largos periodos… Kamapua’a tu sigue señoriando por los valles de Hilo, Hamakua y Kohala, desde el rio Wailuku hasta las cascadas de Hi’ilawe hasta el norte y mas alla en el valle Waimea y Waipio, hasta las regiones altas de Kohala”…”Que mi hermana Pele y todo nuestro Clan de Fuego pueda regir desde el Kilauea, dominar la región de Puna hasta los valles desolados de los desiertos de Ka’u y de pronto Pele dejaras que Kamapua’a inserte sus valles entre algunas regiones de Kona sur y norte, y Kamapua’a permitiras que Pele pueda entrometerse también en Ho’okena y otras regiones, ambos son agua y fuego, pero se necesitan ambos para procrear y dar vida a esta Isla”…
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Por muchos años estuvieron conviviendo juntos, con sus formas salvajes de amarse y luego odiarse, pero dando y creando nuevas tierras, valles donde solo había desiertos de lava,…derrames de lava donde antes hubiera abundantes valles y lagunas…
De pronto en este constante darse y amarse los encuentros cesaron. Se dice que Pele se ocultaba de Kamapua’a en las cavernas de lava seca en las inmediaciones del Kilauea y aún cuando Kamapua’a la llamaba ella ya no acudió más… de pronto ella lo incitba pero Kamapua’a tampoco correspondía a sus amores o sus agresiones… Hasta que una vez Kamapua’a llego hasta las faldas del Kilauea y la reto de tal forma que Pele salió de su escondite pero no para amarlo sino con toda la intención de acabar con el…entonces el huyo a su zona de seguridad pero Pele no refrenaba sus ríos de lava liquida corriendo tras el hasta las alturas del Rio Wailuku donde al no poder avanzar por el rio, lanzaba bolas de fuego tratando de cazar al escurridizo Jabalí que huía hacia las regiones altas para no ser alcanzado… Desde lo alto a las provocaciones de Pele el le invitaba a subir por el rio, sabiendo que el agua fluyente la apagaría pero Pele le seguía lanzando bolas de fuego hacia todo lo alto y el se revolcaba en el agua y en el lodo para evitar el ardor del fuego si llegaba a abrazarlo.
Hubo un momento en medio de la batalla que una bola acerto en su pecho y para apagar el fuego que prendió también su capa de pelo de Jabalí se hecho al mar… para protegerse de la lava ardiente que lo siguió hasta el mar hizo de su cuerpo un gran caparazón de colores multicolores con su nariz de cochino convirtiéndose en el Humuhumunukunukuapua’a el pez con nariz de cochinito que gracias a su coraza tan dura podía nadar entre la lava sin quemarse!
Para evitar ser perseguido más por Pele Kamapua’a en forma de Pez nado para Salir del mar en las costas de Kohala donde el constante frio rocío del Maunakea, garantizaba que Pele no llegaría hasta ahí ya que Poliahu no lo permitiría…
Después de este encuentro ya no se vieron mas. Cada quien rige en sus territorios aunque de pronto uno al otro se retan como seña de que siguen en pie, más no para amarse más.
Dicen que de sus amores después de este ultimo encuentro de odio amor nació un niño… Pele dio a luz a Opelu-nui-kauhaalilo. Este niño se convirtió en el ancestro de ciertos jefes que después vinieron a regir a los pobladores de la Isla Grande y que dividieron los territorios como sus padres lo habían designado por consejo de su tio Kamohoali’i… Kohala, Hamakua, Hilo, Puna, Ka’u, Kona del norte y Kona del Sur para que los territorios del fuego y del agua y los que se compartieron quedaran como testimonio de este amor…
En estos territorios por las noches con el viento suave se pueden escuchar los bramidos del Jabalí y el suspiro del fuego, Pele protegiendo a sus fuegos eternos fluyendo en distintas direcciones, Kamapua’a protegiendo las lluvias, alimentando los ríos, haciendo fluir las cascadas, y todos estos sonidos entonan los mele y los cantos de amor de una gran historia, una gran isla… pero sobre todo sanando las heridas de dos corazones batientes latiendo fuerte para encontrarse nuevamente.
Adaptación Arturo Kamana’o Valero